¿Qué es un buen parto?

Hace unas semanas en la consulta vino una mujer con su bebe de 8 semanas para hacer la revisión posparto. En esa visita me gusta dejar el tiempo que sea necesario para que me expliquen el nacimiento de su hijo o hija. Siempre les digo que me gustan los detalles de la vivencia, pero también de las emociones que lo acompañan.

A veces son explicaciones muy técnicas y otras no, a veces son muy precisas y otras no… Pero de ese relato me sorprendió el comentario final: “parece que al haber tenido este parto tan perfecto y rápido debería estar feliz, pero también es muy duro. Esa noche, unas horas antes, estaba cenando tranquilamente con mi pareja y por la mañana tenía un bebe en brazos. Esto también tiene su impacto”.

Esa reflexión hizo preguntarme “¿y qué es un parto tan perfecto?”. Pensé sobre el ideal, sobre lo que tenemos impregnado en nuestro cerebro de lo que es un BUEN PARTO. Pero, realmente, depende… Parece que rápido es bueno y lento malo, que sin epidural es bueno y con epidural es malo, que ni un punto es bueno y una episiotomía es mala… pero todo depende del contexto. Y justamente, el contexto es lo que menos se puede controlar en el momento del parto.

Así como me explicaba mi paciente, a veces un parto muy rápido puede ser traumático física y emocionalmente. La elección con argumentos de una cesárea puede ser una buena solución a un problema que pondría en peligro la vida del bebe y de la mujer. Una episiotomía con un bebe grande puede ayudar a evitar tener incontinencia anal para toda la vida. Cuando hablo de contexto me refiero a situaciones como estas.

Así que creo que, cuando escuchemos el relato del parto de la persona que tenemos delante, deberíamos hacer una reflexión introspectiva como oyentes. Revisar nuestros ideales con relación al relato de esa mujer para evitar proyectar lo que para nosotras sería un buen parto.