Ayer en Casa das mães estuvimos hablando de lo que necesita un recién nacido. Una de las usuarias dijo, sin dudarlo, amor. Y realmente tenía toda la razón: un bebe solo necesita amor. Y ese cariño se transmite con contacto y presencia.
En esta entrada me gustaría compartir la importancia de ese contacto como ya he hablado muchas veces, pero con la mirada puesta en el olfato.
Alrededor del 1-2% del material genético de los seres humanos se destina a la producción de receptores para el epitelio olfativo y se ha observado cómo el reconocimiento olfativo puede estar implicado en el proceso de apego del bebe hacia su madre. De esta parte, voy a hablar en otra ocasión porque hoy quiero exponer la relación contraria: la madre con su bebe.
En un estudio del 2019 se examinaron 75 madres con sus bebes de 0 a 12 meses, de las cuales 25 tenían problemas de apego. El experimento consistía en ofrecer a todas las madres los olores corporales de los bebes y que intentaran identificar el olor de SU bebe. Las madres sin problemas de apego mostraron una clara preferencia por el olor de su bebe en comparación con los olores de otras criaturas, mientras que las madres con dificultades de unión no lo hicieron. El estudio reflexiona sobre si podría plantearse el olor como una opción terapéutica en estas madres con problemas de apego.
¿Y por qué es tan fácil para las madres reconocer el olor de su bebe? Según el estudio porque mantienen un constante y estrecho contacto al tener que acunarlos, calmarlos, alimentarlos… constantemente. En otro estudio, también se plantea cómo los olores corporales infantiles activan las áreas cerebrales relacionadas con el circuito de la recompensa en las madres. Es decir, el olor del bebe genera la producción de hormonas como las endorfinas que nos dan placer o la oxitocina que nos genera amor.
Y así de fácil es nuestra especie: la evolución seleccionó darnos placer por cuidar a nuestros hijos para asegurar la supervivencia de la especie. Los recién nacidos solo esperan ese contacto y desarrollan, de forma inconsciente, todas sus armas para enamorar a los adultos.
