El cerebro de las mujeres cambia con la maternidad, ya nos lo ha demostrado el equipo de neuromaternal. Y esto provoca que las relaciones con las personas también cambien y a veces donde había una amistad por afinidad, después de la maternidad haya una amistad por comprensión. Hoy quiero hablar de la amistad entre madres y darte algunos consejos (no preguntados).
Desde pequeños, la amistad ocupa un espacio muy importante en la vida de las personas. Las amigas son las confidentes absolutas, las compañeras de aventuras, las consejeras infalibles… Todas las amistades se transforman durante los años porque los intereses, la forma de vivir, los valores, etc., son diferentes, pero otro cambio importante es en el momento de la maternidad. Como madre, tus temas de conversaciones se transforman y solo puedes y sabes hablar del bebe: lo que ha empezado a hacer, los pañales que cambias, lo que te duele (o no) la lactancia, los despertares que has pasado durante la noche… Aunque quieras ser una madre diferente, el instinto se impone y no puedes evitarlo.
Personalmente, hablar de la maternidad siempre me ha parecido muy interesante y nunca se me ha hecho pesado que compartieran conmigo sus inquietudes, pero ahora soy consciente de que solo recogía la queja y no comprendía realmente la necesidad de expresar aquello. Así que si tienes amigas que son madres, escúchalas y abrázalas, porque lo que están viviendo es una metamorfosis más grande que la que nos explica Kafka.
Y si acabas de ser madre y tienes amigas que ya lo son, ¡tienes un tesoro! Ellas van algunos cursos por delante de ti, así que todo aquello que a ti te inquiete/preocupa, ellas ya tienen la experiencia de haberlo vivido. No dudes en preguntarle, aunque parezca una tontería. Y te puedo resumir el consejo final: “tranquila, que todo pasa”.
Debemos abrazar los cambios que vivimos con la maternidad y también cómo afectan a las relaciones. Descubrir cómo reaprendemos a relacionarnos con nuestras amigas.