Desde Casa das mães creemos y fomentamos la creación de grupo de acompañamiento de las diferentes etapas de la vida de las mujeres. La maternidad como centro transformador, pero también todo lo que viene después o antes de ese momento tan mágico.
Durante el transcurso del grupo se van creando unos vínculos preciosos que semana a semana puedes prever que irán más allá de esas cuatro pared que has creado especialmente por ellas. El primer día, tímidas y convencidas de querer estar allí, pides a las madres que se presenten teniendo la certeza de que poco a poco tu papel dinamizador o de acompañante del grupo se irá difuminando en función de sus necesidades. El tiempo pasa y el grupo fluye: a veces ya llegan juntas, hacen encuentros fuera de ese día acordado contigo, ya vienen con un tema empezado de cuando se estaban instalando… ¡Ir viendo esta magia es fantástico!
Y llega un momento en que el grupo debe despedirse. A veces por temas laborales, otras por temas familiares, de disponibilidad… Debemos entender que todo inicio tiene un final y que los grupos de acompañamiento también lo deben hacer, o al menos lo deben hacer de la forma en que se han creado inicialmente. La aventura del grupo puede seguir más allá.
En octubre de 2023 empezé un grupo de embarazo que se transformó en posparto a partir de junio de 2024. Aquel grupo formado por mujeres-madres empoderadas se cerró en octubre de 2024, pero no terminó. Ahora yo formo parte de ese grupo y nos reunimos como amigas con la misma ilusión fuera del paraguas de Casa das mães. ¿Y qué hacemos en estos encuentros? Ponernos al día, cuidarnos, comer, reír, jugar con las criaturas…
Y creo profundamente que ésta es la magia de los grupos de acompañamiento: ¡tener una tribu de verdad!
Así que os animo a encontrar a tu grupo donde te sientas el abrazo fuerte y sincero de la tribu.
