Bajo peso al nacer

Consecuencias de la hambruna

Hay ventanas de tiempo sensibles durante el desarrollo embrionario, donde las señales ambientales de la mama pueden programar modificaciones epigenéticas que alteran los sistemas neuroendocrinos, metabólicos y energéticos del bebe.

La famosa ‘cohorte de nacimientos de la hambruna holandesa’ consta de más de 2000 hijos únicos que nacieron entre noviembre de 1943 y febrero de 1947 en Ámsterdam y se les hizo un seguimiento sistemático desde 1996. En los Países Bajos Occidentales, en 1944, las mujeres embarazadas consumían entre 400 y 800 kcal/día, aproximadamente una cuarta parte de la ingesta recomendada. La hambruna afectó a personas de todas las clases sociales y fue seguida por una creciente prosperidad en la posguerra.

Una de las observaciones importantes del estudio fue que las mujeres expuestas a la hambruna durante la gestación media o tardía tuvieron bebés con pesos al nacer significativamente reducidos. En cambio, las madres que estuvieron expuestas durante la gestación temprana, tuvieron bebes con pesos normales al nacer; sin embargo, crecieron con tasas más altas de obesidad comparado con los otros bebes. Por lo tanto, aunque el peso reducido al nacer es el indicador más fácil de medir de la privación intrauterina, no es la única causa de la enfermedad adulta posterior.

Una de las predicciones hechas por el estudio es que las adaptaciones fetales a la escasez se vuelven desadaptativas solo cuando los individuos afectados se exponen más tarde a un entorno de abundancia.

De manera parecida, se repiten conclusiones en la hambruna del “Gran salto Adelante” en China entre 1958 y 1961 o en la hambruna de Biafre en Nigeria entre el 1968 y 1970. En estos casos, además, también se mostró mayor susceptibilidad a la esquizofrenia.

Resumiendo

Las consecuencias a largo plazo de los factores ambientales en el momento de la concepción y durante el embarazo se descuidan en gran medida. El epigenoma es más plástico en las primeras etapas del desarrollo del embrión y deja una marca en el funcionamiento corporal para toda la vida, siendo, estos bebes, más sensibles a desarrollar enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 u obesidad, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, y enfermedades mentales como el envejecimiento cognitivo acelerado o la esquizofrenia.