Soy fisioterapetua especialitzada en la reeducación del suelo pélvico y psiconeuroinmunologa. Mi especialidad ha sido de cocción lenta, descubriendo con los años la pasión por el cuerpo y por las relaciones que establece. El mundo del suelo pélvico es un mundo silenciado y olvidado que poco a poco se va abriendo camino, enseñándonos lo importante que es; en cambio el mundo de la psiconeuroinmunología es la unión de lo que parece que no puede tener relación, es entender que el cuerpo va más allá de una simple carrocería que nos acompaña.
Me maravilla la dualidad entre la complejidad y la sencillez del cuerpo, me enamora descubrir cada día como reacciona con el movimiento propio o el que se le puede proporcionar con las manos. La base de un buen tratamiento es la visión global de cuerpo, y esto supone ampliar la vista y entender también que la historia que acompaña a la persona es importante.
Me gusta ver la terapia como un acompañamiento. La sesión es el momento de descubrir el funcionamiento del cuerpo y trabajarlo para que no haya dolor, disfunciones y/o síntomas, pero el gran protagonista de este viaje siempre es la persona de forma individual.
El primer viaje que hice fue a Nicaragua, justo terminar la carrera de fisioterapia, en 2011.
Dos compañeras más y yo nos fuimos a trabajar a un centro con niños con discapacidad para realizar los domicilios en las zonas más alejadas y que impedían que pudieran llegar al centro. También íbamos a una residencia de ancianos para ayudarles con la movilidad.
Fue una experiencia increíble que tuvo un impacto muy grande en muchos niveles de mi vida profesional y personal. Al volver, decidí especializarme en neurorehabilitación. Creo que fue la experiencia y esos estudios los que me han aportado la adaptabilidad de las sesiones, teniendo en cuenta las necesidades de la persona que tengo delante.
El segundo viaje lo realicé el 2018 y el destino fue África. Concretamente nos fuimos a Bafatá, una ciudad interior de Guinea-Bisáu.
Junto a una psicóloga, una enfermera y una educadora especial, nos fuimos a ver la maternidad de África. El destino fue el hospital de Bafatá donde nos dejaron estar en la sala de partos y participar en la Casa das mães que había adjunta al hospital, donde las mujeres embarazadas convivían mientras esperaban el nacimiento de sus hijos.
Reconozco que esa experiencia también impactó en cómo cuido a las mujeres que deciden venir a mi consulta. Acompañar y estar atenta como bases fundamentales.
Me gusta escribir y estar actualizada, así que aquí te iré compartiendo lo que voy aprendiendo.
El conocimiento es poder. Te animo a tener poder.