ESTRÓGENOS Y SÍNDROME METABÓLICO

ESTRÓGENOS Y SÍNDROME METABÓLICO

En post anteriores ya he hablado de los estrógenos y su importancia, como por ejemplo en esta entrada sobre Estrógenos y Sistema Inmunológico.

Los estrógenos no son tan malos como nos pensamos. Convivimos con ellos muchos años y su bajada provoca efectos en la salud reproductiva, pero también en el funcionamiento metabólico, el aumento de grasa central, la posibilidad de desarrollar diabetes tipo II o enfermedades cardiovasculares.

Actualmente, la esperanza de vida es mucha más larga que en otros momentos de la historia y esto provoca que debamos vivir 30 o 40 años con baja concentración de estrógenos.

Existen los tratamientos hormonales durante la perimenopausia o menopausia que ayudan a tratar todas estas consecuencias de la bajada de estrógenos. Aun así, hay bastante controversia porque los estudios no son suficientemente concluyentes como para poder posicionarse con seguridad.

Pero, ¿por qué la falta de estrógenos causa tantos desórdenes metabólicos?

Porque los estrógenos tienen efecto sobre la insulina.

Los desórdenes metabólicos o el conocido síndrome metabólico es un conjunto de síntomas, como la obesidad central, la diabetes tipo II, la hipertensión arterial y/o la dislipemia, que habitualmente coexisten entre ellos. El punto en común de todos estos síntomas es la insulina.

La insulina es una hormona que libera el páncreas como respuesta a la presencia de glucosa en sangre, permitiendo que las células movilicen un receptor que permitirá que esa glucosa entre en las células y la puedan usar como energía. Aun así, hay algunos órganos (el cerebro, las gónadas y el sistema inmunitario) que no son dependientes de la insulina para obtener glucosa, sino que la glucosa entra en sus tejidos directamente por su importancia evolutiva.

Si el consumo de alimentos con gran cantidad de glucosa es excesivo, puede provocar que haya una incapacidad para interpretar la insulina y movilizar el receptor en las células. Esto se conoce como resistencia a la insulina.

Volviendo a los estrógenos, se ha podido demostrar que los estrógenos tienen efectos directos sobre la señalización de la insulina en los tejidos sensibles a ella, la regulación de la liberación de insulina por parte de las células pancreáticas, el papel en el metabolismo del tejido adiposo y el gasto energético, la producción de glucosa hepática y la regulación de la ingesta de alimentos a nivel hipotalámico.

Tal vez la siguiente pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿los estrógenos son un posible tratamiento para la diabetes tipo II y/o el síndrome metabólico?

Como anteriormente he mencionado, ya se usa la terapia sustitutiva para aliviar los síntomas que acompañan a la menopausia, pero los usos para el síndrome metabólico aún faltan estudios que lo puedan confirmar. Se debe tener en cuenta que un exceso de estrógenos también se podría relacionar con cánceres sensibles a esta hormona, como por ejemplo el cáncer de ovarios, útero y mamas.

Conclusión

La menopausia representa para la mujer un aumento de los factores de riesgo, pero considero que centrar el tratamiento en una pastilla es un error. Debemos ser responsables de nuestra salud y entender que no debemos depender de nada ni nadie.

Una vez me dijeron que “la vivencia de la menopausia era el reflejo de cómo había sido su vida”. Y esto es a lo que me refiero, creo que el tratamiento del síndrome metabólico debería iniciarse desde el nacimiento y que la base fuese el abandono del sedentarismo y una alimentación sana, controlando los tipos de carbohidrato que se ingieren.

Bibliografia

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4391691/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3581463/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5027347/

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