La importancia de la lactancia materna está en boca de todos y todas. Los beneficios son infinitos, pero ¿hay algo más allá de nuestra capacidad de amamantar a los hijos?
La producción de la leche materna depende principalmente de dos hormonas: la prolactina y la oxitocina. Un desequilibrio en los niveles de una de estas dos hormonas pueden impedir que la lactancia se produzca de forma placentera.
En esta entrada hablaré sobre la prolactina y sus efectos en el cerebro materno.
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La prolactina tiene más de 300 funciones biológicas, aunque la más importante (e incluso su nombre deriva de esta función) es la capacidad de producir la leche materna. Se ha visto que la prolactina tiene la capacidad de acceder al líquido cefalorraquídeo, es decir, al cerebro desde donde se reparte por diferentes regiones de una zona llamada hipotálamo: núcleo preóptico medial y arqueado, núcleo paraventricular, núcleo supraóptico y núcleo ventromedial. Esta presencia de prolactina a nivel cerebral provoca un aumento de los receptores cerebrales.
Un aspecto interesante de esta invasión cerebral de la prolactina es que se observa también durante el embarazo y el período periparto. Además, la aparición de la dopamina presente en esta etapa permite asegurar que no disminuye la segregación de prolactina.
Recientemente se ha demostrado que la prolactina ejerce un efecto ansiolítico en ratas machos y hembras, así como una inhibición de la actividad del eje del estrés. Estas funciones fisiológicas del sistema de la prolactina cerebral son especialmente relevantes porque provocan una atenuación de la respuesta al estrés durante el embarazo y la lactancia.
Las adaptaciones del cerebro materna que provoca esta hormona también permiten a la hembra exhibir el comportamiento apropiado para alimentar y nutrir a su cría, adaptarse a las demandas nutricionales y metabólicas de la producción de leche y mantener la secreción hormonal adecuada para permitir la síntesis , la secreción y la eyección de leche.
Por tanto, la prolactina puede ser un factor clave para la coordinación de las adaptaciones neuro-endocrinas y conductuales del cerebro materno.