La incontinencia urinaria se define como pérdidas de orina involuntarias. Sucede entre un 28-47% de las mujeres, porcentaje que se duplica a partir de 55 años. Hablo de mujeres puesto que es mucho más frecuente que en hombres porque procesos como el embarazo, el parto o la menopausia son factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir las pérdidas de orina.
Existen diferentes tipos de incontinencias urinarias: de esfuerzo, de urgencia, mixta, por reveses, asociada a la risa…
Antes de entrar en materia, me gustaría hacer un recordatorio del funcionamiento de la vejiga.
La función de la vejiga es almacenar la orina hasta que sea el momento de expulsarla y puede llegar a guardar entre 400 y 600 ml de orina.
Desde los riñones llega la orina a la vejiga, que se va llenando hasta que se distienden las paredes y se envía un mensaje al cerebro de “tengo ganas de orinar”. Si es un buen momento, iremos al baño, pero si no es un buen momento, podemos ignorar el mensaje. Llega un punto en el que la distensión es tal que las ganas son incontrolables, y ese es el momento en el que buscamos un baño desesperadamente.
La incontinencia urinaria de urgencia se define como una pérdida de orina involuntaria acompañada de una sensación imperiosa. Ocurre en el 12-17% de los casos y provoca una importante alteración de la percepción de la calidad de vida por la incertidumbre de las pérdidas.
Las causas pueden ser muy variadas, pero habitualmente se observa alguna causa nerviosa, irritativa y/o de conducta, por lo que el tratamiento debe adaptarse a ello.
Existen tratamientos farmacológicos, habitualmente anticolinérgicos, que se dan en los casos extremos donde la calidad de vida se ve muy alterada.
La fisioterapia debería ser la primera opción de tratamiento y se divide en técnicas conductuales, reeducación del suelo pélvico y, si es necesario, electroestimulación.
En estos casos, a mí también me gusta preguntarle sobre aquellos alimentos que pueden influir en el funcionamiento de la vejiga como la cafeína, la teína, entre otros. Estos alimentos se consideran excitantes de vejiga y pueden provocar esta urgencia por ir a orinar.
Y por último, me gustaría ampliar el concepto de técnicas conductuales. Las técnicas conductuales es el conjunto de herramientas que se pueden usar para ayudar a la persona a tomar conciencia del tiempo que pasa entre las micciones, de la cantidad de líquido que bebe, de los cambios de rutinas que se han producido a causa de las pérdidas, entre otras. El método más utilizado es el diario miccional: un documento en el que se va registrando la información relacionada con la micción. Este registro permite tomar conciencia y ver cuáles son las rutinas que se pueden modificar.
La incontinencia urinaria de urgencia puede causar mucho malestar y alteración de nuestra vida. El tratamiento de fisioterapia es fácil y muy efectivo. Así que, si tienes estos síntomas, te animo a que busques ayuda.