El conocimiento de la anatomía pélvica y de su movimiento permite ser más conscientes de sus posibilidades y de cómo moverse para ayudar a gestionar el dolor en el momento del parto.
Entonces, te pregunto: ¿cómo te imaginas que es la pelvis por dónde debe pasar tu hijo o hija? ¿Podrías dibujarla? ¿Te podrías localizar a ti misma las distintas partes? ¿Y cómo se mueve esta pelvis durante el parto?
La pelvis es un anillo óseo que une la columna con las piernas y que tiene forma de embudo donde reposan algunos órganos (vejiga, útero y recto). Está formada para el sacro y el coxis por la parte posterior y los ilíacos por delante y los lados.
Anatómicamente, se diferencia la pelvis mayor que es la parte superior más ancha y abierta y la pelvis menor que es más estrecha y se localiza en la parte inferior. Estas dos pelvis permiten formar lo que en obstetricia se llaman los planos de Hodge.
Durante el parto, los diferentes huesos que forman la pelvis se pueden mover entre ellos como en ninguna otra situación lo harán, gracias a las hormonas del parto:
Estos movimientos se verán favorecidos por la posición en la que estamos, es decir, si estamos tirones, sentadas, derechas o en cuadrúpeda. Y también se verán influenciados por el movimiento, es decir, si estamos haciendo movimientos en círculos, si nos estamos movimiento adelante y atrás, si estamos con las rodillas abiertas o cerradas, etc.
El conocimiento nos permite descubrir hasta dónde puede llegar nuestro cuerpo. Y recomiendo que la persona acompañante también descubra y toque hasta dónde puede llegar el movimiento de nuestra pelvis durante el embarazo y el parto.